La Mayoría de Edad de un espacio Personal
Me siento feliz, siento una felicidad profunda y tranquila, al celebrar este aniversario: 18 años.
Una cifra que me obliga a detenerme y, por qué no, a reconocerme frente al espejo. Es la mayoría de edad de este espacio, y con ello, la madurez de un propósito que nació de las ganas de exteriorizar todos esos sentimientos que acababan en los cajones.
He dejado una parte imborrable de mí en cada suspiro, en cada palabra tejida con el pálpito de mi corazón. He compartido los vuelos y los aterrizajes, las luces y las sombras, a sabiendas de que cada línea ha sido un reflejo honesto de lo que soy, siento y he vivido.
18 Años Eponiendo Sentimientos
Porque al final, de eso se trata, ¿o no? Un largo recorrido que me ha enseñado a ser honesto conmigo mismo, aprendiendo una cosa muy sencilla, pero poderosa: el gran logro es la constancia.
La Transformación del Sueño
En un mundo que devora la información a la velocidad del scroll, he mantenido mi apuesta por la pausa.
He cumplido conmigo mismo, día tras día, manteniendo abierto un espacio donde las palabras son mi refugio, mi fortaleza y mi celebración personal.
Entiendo que los tiempos han cambiado. Los pasos se han vuelto más silenciosos, las interacciones más fugaces. Y lo acepto sin pena. Porque he aprendido que ⁶la magia no reside en la cantidad de comentarios, sino en el simple hecho de escribir aquello que se siente.
El verdadero beso robado al tiempo es el que nace sin pedir nada a cambio, el verso que se completa solo por el placer de tejerlo.
Íntima Celebración y el Compromiso de Continuar
Hoy, mi celebración es íntima y firme. Y sí, quiero compartirla con aquellos que se quedaron por el camino, bien por pereza, por abandono o sin remedio. Celebro los pequeños triunfos autoimpuestos: la voluntad de seguir contando, de seguir juntando palabras que me reconfortan. Es un ciclo cumplido, que me envuelve en la paz de saber que he mantenido viva la esencia que me impulsó a empezar.
Ya no busco volar sin rumbo; ahora, en cada paso y en cada línea, encuentro una dirección, un propósito personal. Mi viaje no debería tener fin, mientras siga sintiendo la necesidad de escribir y de proclamar a los cuatro vientos mis ganas de continuar.
Pd:
A quien hoy lea estas palabras,
a quien el tiempo traiga a estas puertas,
que siguen abiertas de par en par:
Pasa, estás invitad@ a seguir
Girando a mi Alrededor
el tiempo que necesites.
Gracias por coincidir,
gracias por estar ahí.